He elegido esta imagen para analizar, especialmente, los numerosos mensajes que nos envían los medios de comunicación sobre nuestra imagen, cómo debemos moldear, conservar, definir, cambiar nuestro cuerpo según los cánones de belleza que imperen en ese momento.
Utiliza recursos que transmiten tranquilidad, serenidad, equilibrio, con el fin de que la persona que vea la imagen realice su propia interpretación sobre lo que el producto, en este caso un gel, puede hacer con su cuerpo, hacerlo perfecto, equilibrado, en definitiva, cambiarlo y moldearlo.
En esta imagen figuran aspectos de una publicidad sexista, como la obsesión y la necesidad de que nuestro cuerpo siga unos patrones estéticos, el cuerpo femenino como un lienzo estropeado o imperfecto que debemos corregir, y en definitiva como un objeto, la necesidad de estar perfectas para agradar, atraer, gustar a los demás.
Cada vez más se deja de lado la imagen de la mujer como ama de casa, como sumisa, para dejar paso a la mujer esclava de las modas, de la imagen personal. Aunque a fin de cuentas con el mismo mensaje de que las mujeres debemos saber comportarnos o tener una buena imagen para gustar, para conseguir un hombre, y una persona que nos quiera.
María Blanco Casares.
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