jueves, 27 de marzo de 2014

Convertirte en donante es la única oportunidad de meterte dentro de ella

DIEGO FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ

 


Decidí realizar el análisis de esta imagen por recurrir al sexismo y al machismo puro de contenido sexual para llamar la atención y captar donantes de órganos para una causa totalmente solidaria y altruista. 
No hay duda de que la audiencia a la que va dirigida este anuncio son hombres blancos y heterosexuales.
 
Se reproducen los mismos estereotipos que las grandes multinacionales llevan imponiendo desde hace muchos años. Se repite el heterocentrismo y el coitocentrismo en las relaciones sexuales y eróticas, las cuales son representaciones sexuales ominipresentes, casi únicas, que se nos ofrecen en la televisión, el cine, la publicidad y en la cultura hegemónica en definitiva. Se representa un tipo de mujer sumisa y complaciente, un tipo de mujer que se adecúa a los deseos y voluntades de los demás hombres, negando los deseos y voluntades de sí misma. Refleja unos estándares de belleza inalcanzables y se realza como única forma de triunfo y éxito un cuerpo imposible de conseguir.
Estos estándares de belleza moldean y definen la imagen a la que se “deben” asemejar el resto de chicas y mujeres del mundo real. Esta imagen afirma que la feminidad está ligada a todas estas cualidades, y todo lo que se aleje de ella, no merece ser deseado ni querido.
 

Está claro que la sexualidad nos rodea, nos moldea, nos forma, nos da entidad, nos empodera, está en el centro de nuestra personalidad… y en esta imagen es tratada como mercancía perteneciente a un mercado global que crea conocimiento, construye estereotipos e identidades a la vez que genera injusticias y desigualdades por la forma en que es tratada.









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